Fue Julián de Zulueta y Cebrián un médico español, nacido en Madrid en 1918, que durante la mayor parte de su vida profesional luchó contra la malaria desde instituciones internacionales. Era sobrino de Antonio de Zulueta, zoólogo y autor de la mejor traducción al español de El origen de las especies, de Charles Darwin, publicada en 1921. Entró en la Organización Mundial de la Salud en 1952 y, hasta su retirada en 1977, fue responsable de las campañas contra la malaria. Recorrió muchos países y era conocido como Señor de los Mosquitos.
Pero, además, Julián de Zulueta era un gran aficionado a la historia y, sobre todo, a la historia de las cosas del mar. Pertenecía a la Society for Nautical Research, y en su revista del año 2000 publicó un artículo sobre los balleneros vascos y sus actividades en Terranova y, en ese texto, aparece la protagonista de este escrito. Julián de Zulueta nos presenta a Selma Huxley:
Nacida en Londres en 1927, hija de Michael Huxley, primo del escritor Aldous Huxley y del biólogo Julian Huxley, era nieto de Thomas Henry Huxley, el gran amigo y defensor de Darwin conocido como su Bulldog. Selma Huxley pertenecía a una conocida familia de intelectuales y científicos.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Selma Huxley estudió en las universidades de París y Londres y, en 1950, viajó a Canadá por motivos familiares. Terminó quedándose en aquel país, en Montreal, y fue profesora y bibliotecaria del Instituto Ártico de Norteamérica de la Universidad McGill.
En 1953, conoció a un joven arquitecto inglés, Brian Barkham, buen conocedor del País Vasco, con el que se casaría años más tarde. En 1950, Barkham había salido de Inglaterra con la intención de llegar a Andalucía para estudiar su arquitectura rural. Pero se quedó en el País Vasco y estudio el caserío, que sería el tema de su tesis. Le gustó y volvió en 1951.
Selma Huxley, en Canadá, no podía saber cómo iba a cambiar su vida en los años próximos. En 1954, los recién casados se mudaron a Ottawa, la capital de Canadá, donde Barkham abrió un estudio de arquitectura y formaron una familia. Dos años después, en 1956, visitaron el País Vasco donde un amigo, el sacerdote Pío de Montoya, les habló de la antigua presencia vasca en las costas de Canadá.
Pasaron los años y, en 1964, murió Brian Barkham por un cáncer. A los 37 años, Selma Huxley quedó viuda con cuatro niños menores de diez años y tuvo que ganarse la vida. Trabajó para el gobierno canadiense en el estudio y restauración de lugares con interés histórico. Se interesó por los europeos que habían llegado a las costas del Canadá en siglos anteriores, con especial interés en los vascos, por la relación que mantenía con su país.
Planteó al gobierno un proyecto para investigar, en archivos de Francia y España, las expediciones vascas a Canadá en los siglos XVI y XVII. Viajó a México para aprender español y, tres años más tarde, en 1972, solicitó la financiación del gobierno para iniciar su proyecto.
Su primer encargo para los Archivos Públicos de Canadá fue localizar y microfilmar los fondos documentales sobre la historia de aquel país en los archivos españoles. Comenzó en el Archivo del Consulado de Burgos, pero pronto descubrió las numerosas referencias a la costa vasca que le llevaron a Vizcaya y Guipúzcoa.
Ese año, en 1972, y en un barco de carga, con sus hijos, la menor de ellos tenía entonces once años, llegó a Bilbao. Dio clases de inglés para ganarse la vida y, a la vez, estudió en la Universidad de Deusto. Casi sin dinero, inició la investigación, recibió financiación de un donante anónimo y comenzó a visitar los archivos. No recibió ninguna ayuda oficial hasta haber publicado el primer artículo. Selma Huxley cuenta que, en sus primeras visitas de estudio a los archivos, solo encontraba curas y monjas que, suponía, tenían tan pocos fondos como ella para investigar.
Fue en 1973 cuando se mudó a Oñate, sede del Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa. En este centro se guarda el archivo y la biblioteca de la Universidad de Oñate y los fondos notariales de Azpeitia, Bergara, San Sebastián y otros documentos.
En aquellos años investigó en unos cuarenta archivos parroquiales, municipales, notariales, judiciales, etc., en Tolosa, Bilbao, Burgos, Valladolid, Madrid, Sevilla y Lisboa. Encontró miles de manuscritos de los siglos XVI y XVII, en español antiguo, relacionados con la presencia vasca en Terranova: pólizas de seguro, pleitos, testamentos, cartas de fletamento, contratos para tripulantes y listas de aparejos y provisiones.
Esta documentación le permitió establecer que los vascos, además de una próspera pesquería de bacalao en el litoral atlántico de Canadá, habían cazado ballenas a escala industrial en el siglo XVI. Reconstruyó la mayoría de los aspectos de esas pesquerías vascas del siglo XVI: su escala y evolución, la organización y financiación de las expediciones, tipos de barcos, rutas y destinos, temporadas de pesca, naufragios, la vida, el trabajo y la muerte de los marineros, sus alimentos y ropa, contacto con los amerindios, mercados, etc.
En Canadá, los pesqueros vascos, además de bacalao, cazaban ballenas y los balleneros iban a una zona de Terranova que llamaban la Gran Bahía. Selma Huxley estudió documentos de las bibliotecas nacionales de Francia e Inglaterra, y estableció que la Gran Bahía se correspondía con el actual Estrecho de Belle Isle, que separa Terranova de Labrador, y los antiguos puertos balleneros estaban en la costa norte del Estrecho de Belle Isle y en la costa sur de Labrador.
Consiguió identificar los puertos balleneros y sus nombres modernos. Así, por ejemplo, Gradun se convertía en el actual puerto de Middle Bay, Puerto Bretón se convertía en Carrol Cove, y Buttes, el más importante, estaba en Red Bay.
Incluso encontró en los archivos tres documentos dictados por vascos que se consideran los más antiguos textos civiles escritos en Canadá: una venta de chalupas, de 1572, y dos testamentos, de 1577 y 1584.
Para certificar la presencia de los balleneros vascos en Terranova, Selma Huxley buscó pruebas arqueológicas sobre el terreno. Organizó en 1977 una expedición, con el arqueólogo James Tuck y la ayuda de la Real Sociedad Geográfica de Canadá, al sur de Labrador. Exploró varios posibles puertos a lo largo de la costa y descubrió restos arqueológicos, sobre todo en Red Bay, confirmando su trabajo de búsqueda de documentos en los archivos de Europa.
Entre los manuscritos que había localizado se hallan algunos que hablan del hundimiento de varias naves balleneras vascas del siglo XVI en la Gran Bahía: una de Pasajes en 1563 en Los Hornos, ahora conocido el lugar como Pinware Bay; la Madalena de Motrico, en 1565, y la María de San Sebastián, en 1572, en Chateo, ahora Chateau Bay; y la San Juan de Pasajes, en 1565, y la Madalena de Burdeos de Biarritz, en 1574, en Les Buttes, ahora Red Bay.
El año siguiente, en 1978, un equipo de arqueólogos subacuáticos de Parques de Canadá, dirigido por Robert Grenier, y con los datos publicados por Selma Huxley, exploraron Red Bay y Chateau Bay y localizaron un pecio en cada uno de los puertos. Eran balleneros del siglo XVI.
En campañas posteriores, Selma Huxley, con Tuck y Grenier, continuaron con los hallazgos de balleneros vascos en Terranova y, finalmente, Red Bay fue declarado Sitio Histórico Nacional de Canadá en 1979. Ahora, en Red Bay hay un museo, varios pecios localizados en el fondo de la bahía, restos de hornos para extraer grasa de ballena, muchas herramientas y otros restos e, incluso, tejas vascas sobre el terreno y, además, unos diez mil visitantes al año.
Años más tarde, el hijo de Selma Huxley, Michael Barkham, nacido en 1959 en Canadá, defendió su tesis doctoral, en la Universidad de Cambridge, con el título Shipowning, Shipbuilding and Trans-Atlantic fishing in Spanish Basque portos, 1560-1630: a case study of Motrico and Zumaya, y se especializó en la historia marítima del País Vasco y de Canadá y la presencia de balleneros y bacaladeros vascos en Terranova. Por tanto, un seguidor científico de su madre. Y en 2014, el lehendakari Urkullu entregó a Selma Huxley el galardón Lagun Onari, Buen Amigo, en presencia de dos de sus hijos, Michael y Serena Barkham.
Fue en 1987 cuando el historiador Iñaki Zumalde, y tal como había escrito Julián de Zulueta, afirmó que “cuando en lo sucesivo se trate de la historia de los balleneros vascos en Canadá será obligado decir: antes y después de lo aportado por Selma Huxley”. Con estas palabras podemos terminar este texto sobre la historia de esta investigadora.
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