«Gracias a todos, han sido unos días de muchas emociones para toda la familia»
Margari Bastarrika y Xabier Ibarzabal se despidieron el domingo del bar Izarraitz tras más de cuatro décadas de exitosa andadura
El equipo humano del Izarraitz a las puertas del bar, en la despedida de los Ibarzabal Bastarrika. MARIAN |
Marian González Lizarralde
Oñati.
Lunes, 22 de julio 2024, 19:57
Con las emociones a flor de piel, tanto por los recuerdos y vivencias que dejan en el bar Izarraitz, como por el cariño y la gratitud que han recibido las últimas semanas. Así cerraba el domingo la familia Ibarzabal Bastarrika casi medio siglo de trayectoria hostelera. Los besos, abrazos y felicitaciones a su trabajo se sucedieron, y el espontáneo aplauso que les regaló la gente cuando todo el equipo posó para la fotografía que ilustra esta información, les puso el corazón en un puño.
«Ahí ya me he roto por las emociones contenidas, ha sido muy bonito, gracias a todos por las innumerables muestras de afecto que hemos recibido. Mi casa parece una floristería» relataba agradecida Margari Bastarrika, que junto a su marido Xabier Ibarzabal, y sus hijos Gari y Zigor vivieron todo un carrusel de sentimientos.
Y no es para menos. El bar ha sido su vida, su hogar, por lo que cerrar capítulo nunca es fácil, aunque el relevo esté asegurado tras el traspaso del emblemático establecimiento de Kale Zaharra, que reabrirá su puertas a finales de agosto tras algunas reformas.
«Han sido unos días de muchas emociones. Un poco duro por los muchos recuerdos, pero también gratificante porque la gente se ha volcado, nos ha mostrado su cariño, y eso es lo que realmente te llena. Hemos trabajado mucho, pero también disfrutado un montón tras la barra. A mi me ha gustado mucho el bar, ha sido nuestra vida» relataba entre lágrimas la matriarca de la familia. «Ahora a disfrutar de la jubilación, te lo mereces» le repetían una y otra vez, mientras ella asentía conmovida y agradecida.
«La aventura que hoy despedimos se inició en el bar Txaketua» recordaba Margari. «Kontxi contactó con un hostelero azpeitiarra para que cogiera el negocio y él le recomendó a Xabier, que era su camarero de confianza». Así, en 1976 se plantaron en Oñati con un bebé de cinco meses y medio (Gari) con la intención de trabajar cinco años y volverse a casa, a Azpeitia, pero en vez de eso, tuvieron a su segundo hijo (Zigor) y decidieron montar su propio negocio en Kale Zaharra con guiño a su localidad natal.
Desde septiembre de 1981
Abrieron el Izarraitz el 15 de septiembre de 1981, y tras alquilarlo de 2014 a 2018 volvieron a la carga reinagurándolo tras una profunda reforma el 30 de mayo de 2018. «Es bonito echar la vista atrás y sentirse orgullosos del trabajo realizado, de la gran familia formada en torno al bar. Durante todos estos años han trabajado muchas personas aquí, hemos tenido la suerte de contar con excelentes equipos, y sobre todo con Patxi Aiastui 'Otxua', que es quien ha estado 42 años en el Izarraitz y es uno más de la familia para nosotros. Siempre ha estado echando una mano en lo que hiciera falta» confesaba.
También le enorgullece haber encontrado relevo en los tiempos que corren. «Saber que el bar va a seguir en activo es motivo de satisfacción, le deseo a 'Bakero' todo lo mejor».
El domingo, los hasta ahora gestores del Izarraitz se despidieron de toda la clientela, ofreciendo gratuidad en todas las consumiciones de 09.00 a 15.00 horas. Un detalle que la gente agradeció.
«Ha sido un negocio de diez, y hasta en la despedida lo han demostrado. Ahora que disfruten con la satisfacción de haber alumbrado uno de los bares más queridos de Oñati, por su profesionalidad, servicio y ambiente. Los orlis, el revuelto de champis, las rabas, las ensaladilla, el croquetón o la tortilla con txaka del 'Iza' son un clásico del 'pintxeo' oñatiarra. Ojalá se mantengan en la próxima carta» relataba una cuadrilla.
Tras bajar la persiana, todo el equipo actual disfrutó de una entrañable comida de despedida, y por la noche el testigo pasó a la intimidad familiar. Esta semana van a efectuar distintas labores de puertas para adentro, y luego el relevo pasará definitivamente a los nuevos propietarios que van a a hacer obras de insonorización y darle su propio aire al local.
«Nos gustaría abrir el 28 de agosto, pero todo dependerá de las obras explicaban el domingo Aitor Telleria 'Bakero' y Sonia Berezibar, que no quisieron perderse el adiós de los Ibarzabal Bastarrika. «Dejan el listón muy alto, pero es un proyecto que encaramos con mucha ilusión. Mantendremos su esencia pero le daremos también nuestro estilo» relataba la pareja.
Ambos tienen una dilatada experiencia en la hostelería, regentaron Basterralde (Aretxabaleta) y gestionan los bares de distintos Eroskis entre otros negocios.
'Unos que vienen, otros que se van' como cantaba Julio Iglesias. El inicio de una nueva aventura empresarial para los compradores y el adiós a toda una vida en torno a la barra para Margari, Xabier, Gari y Zigor.
Los dos 'jóvenes' de la familia también sucumbieron a la emoción. Criarse tras una barra deja impronta y siempre han estado ahí a las duras y a las maduras. «Ellos fueron los culpables con su música y su trabajo del poderío nocturno del Izarraitz durante muchos años. Le dieron vida al bar atrayendo a gente joven, y luego, pese a tener sus propias carreras profesionales, siempre han estado ahí arrimando el hombro» relata orgullosa Margari, mientras que Xabier, un hombre a quien los problemas de salud le hicieron jubilarse hace unos años, asiente emocionado.
Quien les iba a decir al camarero del 'Eguzkiza' y la panadera de 'Lutxurdixo', azpeitiarras ambos, que acabarían echando raíces en Oñati a la sombra de su particular Izarraitz, un bar-cafetería con idiosincrasia txuri-urdin, del que el domingo se despidieron agradecidos y emocionados.
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