Soleado y animado día grande en Arantzazu
Una nutrida representación institucional, presidida por el lehendakari, acudió a la festividad de la patrona de Gipuzkoa
Peregrinos, mendizales, fieles, autoridades y turistas compartieron este sábado gastronomía, tradiciones, devoción y disfrute de la naturaleza en Arantzazu con motivo de la festividad de la patrona de Gipuzkoa. La soleada jornada veraniega y el hecho de que la festividad cayese en sábado llenó los alrededores de la Basílica pero sin aglomeraciones.
José Antonio y Juana María, y Sebastián y María Luisa, dos matrimonios de Zaldibia, se confesaban habituales y devotos de la virgen. «Venimos a misa, damos una vuelta y después de comer nos volvemos. Nos gusta visitar a la patrona», explicaban antes de sentarse a comer en Sindika. «Cuando éramos más jóvenes íbamos primero a Urbia, pero ya no estamos para eso», bromeaban.
De más lejos, de Asturias, llegaron Luis Jesús y Lorena, que estaban de fin de semana visitando a la familia de Eskoriatza y decidieron acercarse a Arantzazu a hacer un poco de turismo. «No veníamos desde hacía diez años; hay bastante ambiente», se felicitaban.
Las jubiladas Carmen y Pepi acudieron en un autobús organizado desde Hernani y Urnieta «con la ilusión de todos los años. Es un día muy bonito. Subir aquí con este tiempo merece la pena solo por poder ver este paisaje», comentaba junto a ellas una familia numerosa de Donostia.
Desde Zarautz, Ordizia, Bilbao, Azpeitia, Andoain, Azkoitia... fieles venidos desde distintos puntos de la geografía vasca no faltaron a su cita con la virgen del espino.
Los más madrugadores fueron el centenar de fieles oñatiarras que revivieron la tradición de los romeros y realizaron los 9 kilómetros de recorrido hasta la Basílica andando entre cánticos, silencios y oraciones.
La mayoría se reunió a las 8.00 de la mañana en Zapata y a las 10.15 ya estaban desayunando en Arantzazu. Entre ellos Ruper, que es un fijo. «Siempre cojo fiesta este día. Es una tradición que preservo desde chaval. Este año al caer en sábado había más gente, pero nada que ver con lo que era hace unos años», apuntaba.
Y si algunos subían en la peregrinación oficial, otros lo hacían a su ritmo a lo largo de la mañana. La mayoría lo hizo en autobuses especiales organizados para la jornada y en coches particulares. Los vendedores ambulantes, que conocen bien lo que se cuece en el santuario, se mostraban satisfechos por la afluencia de visitantes. «Los últimos años ha bajado bastante, pero hoy al ser sábado se nota movimiento», señalaban.
Presencia institucional
Al filo del mediodía arrancaban los actos protocolarios propiamente dichos. El lehendakari, Iñigo Urkullu; la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza; el presidente de las Juntas Generales, Xabier Ezeizabarrena; y la alcaldesa de Oñati, Izaro Elorza, presidieron una nutridísima representación instituciona que compartió el aurresku de honor frente al apostolado de Oteiza antes de la misa mayor y se separó antes del inicio de la misma. Mientras algunos acudían al templo , otros disfrutaban de la oferta gastronómico-natural, personalizando distintas formas de vivir la fiesta y preservar la tradición.
Tras el multitudinario oficio religioso oficiado por el vicario general Mikel Aranguren, la banda de música de Oñati hizo las delicias de los melómanos, mientras el txikiteo y la compra de quesos, panes de caserío o rosquillas alcanzaba su hora punta. Con el sol como aliado, Arantzazu celebró ayer su día grande.
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