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lunes, 30 de septiembre de 2019

HORACIO ARGARATE PRÓXIMO PÁRROCO DE OÑATI.

n de g.



“En estos diez años en Arrasate he crecido mucho como persona y como cura”

Horacio Argarate, próximo párroco de Oñati.

Horacio Argarate ejercerá como párroco de Oñati a partir de este próximo domingo. Su bienvenida tendrá lugar en la misa de la festividad del Día de San Miguel (11.30 h oracio Argarate, próximo párroco de Oñati. oras). De la parroquia de Arrasate se despedirá el 6 de octubre
Anabel Dominguez - Jueves, 26 de Septiembre de 2019 - Actualizado a las 06:04h.

arrasate - El 4 de octubre se cumplirá una década de la llegada de Horacio Argarate a Arrasate. Este eibarrés, que se ordenó sacerdote con 40 años, desembarcó en la villa cerrajera para tripular la parroquia de San Juan Bautista. En estos años como párroco no solo ha desempeñado una encomiable e incansable labor social, sino que, además, se ha granjeado el cariño de muchas personas. Su trabajo ha sido reconocido tanto por la comunidad cristiana como por muchos otros agentes y grupos sociales no vinculados a la Iglesia. Será este domingo cuando se oficialice su traslado, promovido por el obispo José Ignacio Munilla, a Oñati para relevar a Joxan Larrañaga, que se ha jubilado por enfermedad. Aunque durante una semana compaginará su nuevo destino con la atención de la parroquia arrasatearra. En esta última el cambio se producirá el 6 de octubre. Ese día Argarate le pasará el testigo a Victoriano Etxabe.
¿Cómo está viviendo los últimos días como párroco de Arrasate?
-Desde que se dio a conocer mi traslado en julio he recibido numerosas muestras de afectividad, cariño y cercanía por parte de la gente de Arrasate, que dejan los sentimientos a flor de piel. No se ha hecho una transición con calma. Victoriano es natural del barrio de Arroa de Zestoa y está sustituyendo al cura de este municipio que tiene problemas de salud. Así que no nos hemos podido reunir mucho.
Recientemente, en una carta pública la comunidad cristiana de Arrasate ha mostrado su malestar por el modo de actuar del obispo ante su traslado a Oñati.
-Ha sido una cierta protesta y una forma de aclarar ante los arrasatearras lo que han intentado para que el cambio sea lo menos traumático posible. Ellos dicen: “Nosotros trabajamos por la Iglesia en diferentes ámbitos y a la hora de tomar este tipo de decisiones, que tienen una repercusión inmediata, no se nos ha tenido en cuenta”. En ese sentido, tienen razón.
¿Por qué dijo que sí al cambio?
-Nos hemos hecho curas ofreciendo nuestra disponibilidad. El motivo que me lleva a Oñati es una enfermedad;voy a sustituir a una persona que lo ha entregado todo. Si hay detrás algún tipo de tejemaneje o estrategia igual te puedes negar, pero en este caso es limpio y claro. ¿Por qué pensaron en mí? Eso solo lo sabe el obispo y su equipo, y no dan razones concluyentes. Yo entendí que por una cuestión de conciencia me tocaba decir que sí.
Desde que llegó a Arrasate, ¿en qué ha cambiado el municipio?
-En estos años se ha dado la desaparición de ETA, el municipio ha perdido población, la terrible crisis de Fagor... A nivel de la Iglesia, nos encontramos con una Iglesia envejecida, minoritaria y con una crisis de fe enorme. Cuando llegué a Arrasate, por ejemplo, se celebraban en torno a 150 bautizos, y ahora contentos si llegamos a los 25. Se ha vivido, a su vez, una eclosión importante de la inmigración procedente de fuera del Estado y se está aprendiendo a convivir.
En este tiempo, ¿qué proyectos se han impulsado desde la parroquia?
-Dentro de la vida de la Iglesia y la liturgia se han centralizado los funerales en la parroquia de San Juan, porque solo quedábamos dos sacerdotes. Lo mismo está sucediendo con la catequesis. Con las nuevas líneas de acción de Cáritas se puso en marcha hace dos años el centro formativo y ocupacional Bidean, que con alrededor de 80 usuarios da salida a personas en riesgo de exclusión social y con dificultades para encontrar empleo. A través del voluntariado, Cáritas gestiona una bolsa de trabajo que hace de puente en más de 200 contrataciones anuales, y se ayuda económicamente a familias, actualmente a 75-80, por periodos continuados de seis meses a un año. En estos años se han habilitado las viviendas de acogida, también para empadronamiento, en Uribarri, Garagartza, Gesalibar, Udala, San Francisco y en la casa cural, donde he acogido a gente.
¿Qué deja pendiente?
- Dentro de la propia organización interna queda por culminar la unificación de las que han sido las diferentes comunidades. Tenemos hablado sobre un plan de repliegue de la Iglesia en Arrasate, que quedaría en dos-tres sitios;se había pensado en la parroquia, Uribarri y Zigarrola, aunque no está establecido que vaya a ser así. Lo demás habrá que ir gestionándolo bien a través de ventas o alquileres. Por otro lado, queda pendiente todo un capítulo de obras en ermitas y casas que son propiedad de la parroquia. Por ejemplo, la ermita de San Isidro requiere de una importante obra, que implica un gran desembolso que no podemos afrontar;solo el arreglo del tejado ronda los 200.000 euros. El Ayuntamiento hizo un proyecto que obliga a mantener la iglesia cerrada y a ejecutar distintas reformas. Habrá que ver cómo darle una salida a la ermita, aprovechando la circunstancia de que hay que renegociar con el Consistorio el contrato de alquiler del local del hogar del jubilado.
¿Qué le diría a su sucesor?
- Que tenga una actitud de escucha. La gente de Arrasate dice lo que piensa a la cara. Al principio puede provocar una cierta cerrazón, pero es mejor escuchar, dialogar y plantear.
¿Se va a dejar ver por Arrasate?
-Soy el arcipreste de la zona de Mendebaldea, desde Leintz Gatzaga hasta Saturraran y, por tanto, coordino la pastoral de todo el valle del Deba. Las reuniones las realizamos en Arrasate, así que sí visitaré el municipio.
¿Cómo afronta su nueva labor al frente de la parroquia de Oñati?
-La realidad es diferente, no por la práctica religiosa, porque en eso todos los pueblos van siguiendo la estela de Arrasate;es una cuestión más cultural a nivel general. Sin embargo, en Oñati hay muchos frailes y monjas, conventos... Algunos me dicen que voy a estar más tranquilo, pero también es una parroquia con proyectos en marcha. A nivel de pastoral hay mucha gente que colabora. Voy abierto a recibir lo que hay.
¿Quiere añadir algo más?
-Doy las gracias a los que me han acompañado en estos años, especialmente a los colaboradores más directos y al pueblo de Arrasate. En estos diez años he crecido mucho como persona y cura.

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