Buscar este blog

martes, 28 de enero de 2025

DESDE OÑATI A CHECA EN 1522.

 VIAJAR.

El pueblo de Guadalajara con 285 habitantes que está repleto de apellidos vascos: el curioso motivo hay que buscarlo en el siglo XVI

De entre sus escasos vecinos, hay una gran parte con apellidos de origen vasco, y esto se debe a una curiosa historia que se remonta a cinco siglos atrás.

Así este pueblo de Guadalajara único en España Istock / Robert Roy




No son uno ni dos los vecinos de este pequeño pueblo de Guadalajara los que encuentran en su DNI apellidos de procedencia vasca. Un episodio que suele repetirse a lo largo de la Historia de nuestro país es la migración de unas zonas a otras. Pocos pueden presumir de tener orígenes puros de la región en la que viven, pues sus padres, abuelos, bisabuelos o tatarabuelos se vieron obligados a cambiar de pueblo o ciudad para encontrar mejores oportunidades laborales y, por tanto, personales.

En la comarca del Señorío de Molina se esconde Checa, un pueblo que no llega a los 300 habitantes, pero cuyos apellidos proceden, en su mayoría, del País Vasco. Oñate, Latasa, Chavarría, Herranza, Araúz, Berasaluce o Rustarazo son algunos de los que más se repiten en el censo. Pero si hay uno que marcó el desarrollo de la población es Arrazola. Hay que remontarse hasta el siglo XVI para dar cuenta de lo que sucedió en Checa y del porqué de su estrecha relación con otro pequeño pueblo de Guipúzcoa.

La historia que comienza con una familia

Corría el año 1522, y Sancho de Arrazola y su mujer Magdalena de Basarte, vecinos de Oñate (Guipúzcoa), emigraron al centro peninsular con el objetivo de trabajar en una de las primeras ferrerías de aquel pueblo que aún no conocían más que de oídas. Pues en aquella época, Checa gozaba de una enorme importancia industrial. Sin embargo, no era el único destino del país en el que se podía encontrar trabajo. Entonces, ¿por qué fue allí donde decidieron establecerse tantos vascos?

El pueblo de Checa en Guadalajara/Wikicommons.Diego Delso.

La respuesta se encuentra en los hornos que se ubicaban en sus montes. A pesar de que no se les daba ningún uso, los vascos, más que acostumbrados a este tipo de labores, escucharon la noticia y se sintieron atraídos. Muchas familias se mudaron en busca de mejores oportunidades, como suelen hacer todos los inmigrantes, y encontraron en Checa un hogar acogedor en el que plantar un árbol genealógico que aún hoy continúa creciendo. Pero existe otro factor por el que este pueblo guadalajareño está repleto de apellidos vascos.

Otro factor que propició la migración

En esa misma época, las leyes del Mayorazgo azotaban Oñate. Según estos documentos, se establecía que los bienes raíces debían donarse al hijo mayor, dejando al resto sin ningún tipo de herencia. Así, los herederos se establecieron en Oñate, pero los demás hermanos comenzaron a buscarse la vida en otros lares. Y acabaron encontrando en las minas de Checa una buena salida. Además, aquí hallaron temperaturas similares a las vascas, con veranos cortos y no demasiado cálidos e inviernos muy fríos.

La Universidad Sancti Spiritus en Oñate, Guipúzcoa

Wikicommons. GFreihalter

En el siglo XIX llegaron momentos duros para el pueblo: el fin de la minería y un plan de ferrocarril que pretendía cruzar Guadalajara y Teruel haciendo parada en Checa no salió adelante. Entonces las migraciones fueron hacia otros lugares como las capitales en crecimiento -Madrid, Barcelona o la propia Guadalajara- o incluso a otros países -Argentina, México o Francia-. Aun así, todavía se mantienen al menos ocho apellidos vascos en Checa, y todos los que los llevan en la sangre lo hacen con orgullo de tener estos orígenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario