sábado, 18 de noviembre de 2017

La chimenea de Garay.

D.V.

MARIAN GONZALEZ OÑATI.
Tenía los días contados, pero la chimenea de fábrica de ladrillo de Hijos de Juan Garay, ha pasado de la solicitud del permiso de demolición, a la posibilidad de restauración y preservación como parte del patrimonio industrial de Oñati. En el Ayuntamiento consideran que es un referente visual del pasado industrial, pese a no estar catalogada y por tanto protegida, y por eso el gobierno municipal ha dejado sobre la mesa la propuesta de democión cursada por la empresa.
«Nos hemos reunido con los responsables de Hijos de Juan Garay para explicarles el porqué no se ha aceptado, de momento, la propuesta de demolición, les hemos hablado de la posibilidad de preservarla como parte del patrimonio industrial del municipio, y han recibido la iniciativa con buenos ojos. Hemos acordado redactar un proyecto de restauración y manifestado la disposición de estudiar la posibilidad de un convenio para la rehabilitación que pudiera contemplar ayudas», ha explicado el alcalde Mikel Biain, que considera que la centenaria chimenea, construida a finales del siglo XIX es un patrimonio industrial que habría que preservar entre todos, para las nuevas generaciones.

De finales del siglo XIX


Ayer y hoy. Una vista de la centenaria chimenea industrial de ladrillo de Hijos de Juan de Garay de principios del siglo XX, y otra de hoy en día. / GARAY Y MARIAN
Ayer y hoy. Una vista de la centenaria chimenea industrial de ladrillo de Hijos de Juan de Garay de principios del siglo XX, y otra de hoy en día. / GARAY Y MARIAN
Cada vez es más habitual en lugares con pasado industrial, conservar estos elementos verticales, a la manera de los antiguos obeliscos egipcios. Desde el punto de vista de la arquitectura no configuran ningún espacio interior aprovechable por sí solas, pero guardan un valor patrimonial, paisajístico y constructivo, ya que fueron elementos funcionales imprescindibles para el funcionamiento de las fábricas. Hay quien incluso ha calificado las chimeneas como ' catedrales industriales', porque los dueños de las fábricas competían con el tamaño de las mismas en un intento de demostrar el poder y la riqueza económica.
Con estos antecedentes y en un lugar tan monumental como es Oñati algunos piensan que sería una lástima prescindir del único 'rascacielos' de la industrialización. Un símbolo de una fábrica que evolucionó del fósforo a los tubos de acero, y hoy en día sigue siendo un referente de la actividad industrial.

El problema es que la chimenea de 38 metros de altura, un diámetro de 2,40 en la base y 1,40 en la cumbre, está deteriorada y tiene su entorno acordonado, por seguridad, así que las medidas de restauración no pueden demorarse demasiado, por lo que el parte de defunción o resucitación de la chimenea no se hará esperar.

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