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Una hoja de ruta para prevenir conductas adictivas, desde el alcohol a la tecnología
El Ayuntamiento ha efectuado un diagnóstico en colaboración con Agipad para marcar el rumbo de la prevención en un plan localizado.
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Presentación del diagnóstico realizado junto a Agipad para desarrollar un plan municipal de prevención. / MARIAN |
Alcohol, tabaco, cannabis, nuevas drogas psicoactivas, teléfono móvil, internet, videojuegos, apuestas, bebidas energéticas, ansiolíticos... Hoy en día la prevención de adicciones se enfrenta a nuevos retos. Y con el objeto de poder diseñar una hoja de ruta para hacerlas frente, el Ayuntamiento va a elaborar un plan que se adapte a los nuevos contextos, consumos y formas de relación.
La idea es ponerlo en marcha en 2023 y, como primer paso, se ha llevado a cabo un diagnóstico en el municipio, en colaboración con Agipad, en el que los datos del estudio estatal 'Estudes 2021' y 'Euskadi y Drogas 2018' se han completado, a nivel local, con entrevistas a técnicos y educadores, encuestas y grupos de debate focales.
El alcohol se posiciona como la sustancia psicoactiva más consumida entre los adolescentes, junto al tabaco y la marihuana
El objetivo es poder llevar a cabo un abordaje integral de las conductas adictivas. Y si algo ha quedado claro es «la percepción de normalidad en el consumo de alcohol, los riesgos se banalizan como clave de socialización». Llama la atención asimismo que «el consumo de tabaco haya bajado entre la franja de edad de 30 a 40 años, pero esté reputando entre los adolescentes, sobre todo entre las mujeres». Y un factor positivo es que «el deporte, que tiene mucha penetración en el municipio, ejerce como factor de protección, aunque aunado con celebraciones provoque también efectos contrarios».
El alcohol se posiciona como la sustancia psicoactiva más consumida entre los adolescentes, junto al tabaco y la marihuana. Está muy presente en el tiempo libre a partir de los 14 años y en las relaciones sociales que establecen entre ellos. A los adultos les preocupa, pero en la mayoría de los casos, consumen delante de sus hijos, en actitudes completamente estandarizadas, que no ayudan e invitan a la reflexión.
Los consumos de menores se producen los fines de semana y festivos, y suelen ser compulsivos sobre todo en fiestas, una temporada que el propio diagnóstico recoge se alarga mucho en Oñati, de mayo a octubre.
Inquieta «el gusto por bebidas de alta graduación y la percepción de que se consume un mayor número de otras sustancias de lo que se piensa, en especial cocaína y pastillas, sobre todo entre los 17 y 18 años. En Oñati se maneja dinero y eso se nota en los consumos» relataron en la presentación.
Enganchados a la tecnología
Las nuevas formas de adicción sin sustancia, como pueden ser la tecnología (videojuegos, redes sociales, móvil) y el juego patológico, han sido también analizadas. Preocupa que los más txikis estén enganchados a móviles y tablets desde bebés. «Se les da el móvil para que coman, para que no molesten, para que no se aburran..., y establecen una relación con la tecnología de dependencia». Con la edad, las adolescentes pierden más tiempo con las redes sociales, mientras que ellos son más de videojuegos» señalaron.
El incremento del consumo de bebidas energéticas, el pintxo-pote, los hipnosedantes, o las apuestas on line han sido también objeto de estudio, junto a la preocupante aparición continúa de nuevas sustancias en el mercado de las drogas. El objetivo no es otro que mejorar la prevención. No son temas que se aborden con facilidad, y por eso el Ayuntamiento está elaborando una hoja de ruta propia, un plan municipal, que permita dar un enfoque transversal a las acciones a desarrollar en Oñati.