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sábado, 1 de abril de 2017

Tributo popular a las Hijas de la Caridad.

D.V.

Tributo popular a las Hijas de la Caridad


  • Ambas citas se cerrarán con el 'Aleluya' de Leonard Cohen, adaptado con bertsos dedicados a las monjas

  • Hoy se presenta el libro escrito por Iñazio Irizar, y mañana la parroquia acogerá un entrañable homenaje

  • MARIAN GONZALEZ


La portada del libro viaja de 1954 a 2017, con Sor Milagros, que ha estado 71 años en Oñati en las dos fotografías, la cuarta de arriba por la izquierda y la tercera de abajo.
La portada del libro viaja de 1954 a 2017, con Sor Milagros, que ha estado 71 años en Oñati en las dos fotografías, la cuarta de arriba por la izquierda y la tercera de abajo. / FOTOS PLAZAOLA Y HERMANAS DE LA CARIDAD
OÑATI. Reconocer el fiel, voluntarioso e ininterrumpido servicio de las hermanas de la Caridad en Oñati durante 153 años. Ese el 'leitmotiv' del homenaje que una comisión encabezada por Iñazio Irizar y Carlos Agirrebengoa ha organizado a las monjas de San Martin Egoitza tras su marcha de Oñati.


El título del libro que hoy (18.00 horas) se presenta en la residencia: 'Tributo a las Hijas de la Caridad' no puede ser más explícito, y el número de colectivos socio-culturales que participarán en el homenaje popular organizado mañana en la parroquia de San Miguel Arcángel no hace más que ratificar el poso de gratitud que Sor Milagros, Sor Maite, Sor Elena, Sor Lurdes, Sor Ino, Sor Pilar, Sor Mari Paz, Sor Mirari, Sor Margari, Sor Carmen y Sor Maria Jesús han dejado en la villa.
Se trata de trasmitirles el cariño de la gente por su labor y las de sus antecesoras en la residencia, el antiguo hospital y La Milagrosa. Su gran trabajo en favor de los desfavorecidos, la enseñanza y los ancianos en la villa no caerá en el olvido. Las últimas once hermanas que el pasado febrero dejaron la residencia San Martín se llevaron consigo un pedacito de la historia de Oñati. Pero su semilla germina ya en muchos corazones y en las páginas de un volumen muy especial en el que 253 fotografías comparten protagonismo con entrevistas, la tesina que Sor Leonor Puente realizó en 1992 sobre la 'Historia y evolución de la Residencia San Martín', y los cambios producidos desde ese año hasta la actualidad.


También recoge recopilaciones históricas realizadas por Aita José Ignacio Lasa en 1965 sobre el antiguo hospital y su relación con la universidad, además de apuntes biográficos sobre las últimas hijas de la Caridad de la Residencia, y de las oñatiarras de esta congregación destinadas en otros lugares (algunas de las cuales acudirán al homenaje), junto a una aproximación a la Asociación Internacional de la Caridades.
La presencia de la congregación en Oñati se remonta a noviembre de 1864, y su primer emplazamiento fue el antiguo hospital donde daban clases y cuidaban a los mayores. Tras el derribo de éste en 1966 para la construcción de Instituto y mientras se levantaba San Martín (inaugurada en 1974) la residencia y las monjas estuvieron provisionalmente en Etxaluze.
Sor Milagros, toda una vida
Y en todas estas mudanzas, estuvo Sor Milagros Fernández, que pese a su origen palentino, nació en Payo de Ojeda, ha vivido 71 años en Oñati, y con su sempiterna sonrisa y vitalidad, ha observado en primera persona la transformación que ha sufrido la villa y sus servicios asistenciales. A sus 92 años, tiene muchas anécdotas que contar, tanto de sus 28 años como maestra en la Milagrosa, como de sus 32 de cocinera en la Residencia. Vivió veinte años en el Hospital, hasta el 66, luego en Etxaluze hasta el 74, y desde entonces hasta el mes de febrero en la residencia San Martín. Ahora ha sido destinada a Algorta junto a su hermana, también Hija de la Caridad, que tiene 96 años.
Mucho ha llovido desde los tiempos del antiguo hospital, en el que se levantaban para ir a la misa de la parroquia de las seis y media de la mañana, y los lunes y martes lavaban a mano la ropa de los ancianos «porque entonces no había ni lavadoras ni nada. Después a las nueve a dar clase, y cuando había algún enfermo grave, teníamos que ir a velar a la noche», recuerda en el libro.
De la enseñanza tiene muy buenos recuerdos. «Muchas de las que ahora andan por los setenta años, han estudiado conmigo. Y a menudo me pregunto por qué no habré guardado las listas de alumnos que se hacían todos los años. Pero me acuerdo de todas...» relata quien a los 72 años subió a Aizkorri. «Tengo una foto al lado de la cruz con Sor Sabina y con Regino Biain. Disfrutamos mucho, estaban esquilando ovejas», relata. Su entrevista y la de la última superiora, Sor Mirari Galarraga, permiten acercarse a la cara más personal de las monjas, a su vocación y a sus aficiones. Los sudokus en el caso de Sor Milagros; y pasear, la música o la fotografía en el caso de Sor Mirari.
Su despedida de Oñati ha cerrado una etapa en el servicio asistencial a los mayores y abre otra de transición ya que el año que viene el ente foral Kabia asumirá la gestión, en el marco de un proyecto que para 2019, quiere englobar a 16 residencias públicas de Gipuzkoa.
La avanzada edad de las hermanas de la Caridad (diez ya estaban jubiladas) y, sobre todo, la falta de vocaciones que padecen hoy en día esta y otras órdenes religiosas, fueron las causas de la marcha, argumentandas por los superiores de la compañía, que al no haber relevo generacional está reagrupando a las monjas por zonas. En Gipuzkoa ya solo hay hermanas de la Caridad en la residencia de Hondarribia.
Lo cierto es que han hecho un gran labor asistencial en favor de los más desfavorecidos en épocas sin tanta conciencia social como hoy en día, y también las últimas décadas al aportar mucho más que trabajo, y de ahí el tributo popular de mañana. Oñatz dantza taldea, la banda de txistularis Aita Madina y Txinparta Bertso Eskola participarán en la misa que aderezada con bailes como en Corpus se oficiará a las 11.00 en la parroquia. A continuación, llegarán los tributos de la banda de música, los coros parroquiales, Oñati abesbatza, Musika Eskola, Ganbara y la coral Aloña. No faltarán tampoco los presentes de representantes del Ayuntamiento, de la junta de la residencia y los niños de la catequesis. La despedida será al son del 'Aleluya' de Leonard Cohen que Iñazio Irizar ha adaptado para la ocasión, dedicado a las monjas, y Olaiturri Kultur Elkartea entonará con los coros de todos los presentes.

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